Las válvulas termostáticas para radiadores son dispositivos que contribuyen a la eficiencia energética de los sistemas de calefacción y mejoran el confort al permitir un control preciso y adaptativo de la temperatura en cada radiador de forma independiente. Estas válvulas posibilitan la creación de zonas térmicas personalizadas, optimizan el uso de energía y, a su vez reducen el consumo.
Las válvulas termostáticas constan de dos componentes: la válvula en sí y el cabezal. Si la válvula instalada en nuestro radiador es termostatizable, podemos transformarla en termostática al sustituir el cabezal estándar por uno termostático. Sin embargo, si las válvulas instaladas en nuestros radiadores son manuales, será necesario reemplazar ambas piezas para aprovechar los beneficios del control automático.
El cabezal de la válvula alberga un sensor de temperatura que responde a las condiciones ambientales de la sala, facilitando la regulación de la cantidad de agua caliente que circula a través del radiador. Ajustando la temperatura deseada en el propio cabezal, el sensor controla la apertura o cierre del flujo de agua, trabajando para alcanzar y mantener la temperatura ambiente seleccionada.
En cuanto a la instalación, es aconsejable ubicar las válvulas en lugares donde no estén expuestas directamente a la luz solar, además, se debe evitar que elementos de la habitación cubran total o parcialmente la válvula, ya que esto podría influir en la captación de la temperatura ambiente por parte del cabezal, afectando el correcto funcionamiento de la válvula.
Cuando se utiliza un termostato de ambiente en combinación con válvulas termostáticas, se recomienda no instalar una válvula en la misma sala que el termostato, para evitar interferencias en la regulación. Puesto que el termostato ya se encarga de detener la calefacción al alcanzar la temperatura asignada. También es recomendable colocar el termostato en la estancia más fría para poder alcanzar la temperatura ambiente deseada en toda la casa. Si lo colocamos en una estancia más cálida el sistema se detendrá en cuanto esta alcance la temperatura de consigna sin que la otra estancia más fría llegue a calentarse lo suficiente. Las válvulas termostáticas en las otras habitaciones podrán ajustarse a la baja para evitar excesos de temperatura en los casos de estancias que se calienten más rápido o que ya reciban aportes de calor externo, mejorando así la eficiencia del sistema de calefacción.
Por último, es importante destacar que existen cabezales termostáticos inteligentes que ofrecen la posibilidad de ser controlados mediante dispositivos móviles a través de aplicaciones proporcionadas por el fabricante. Estas soluciones permiten una regulación independiente de la temperatura en cada rincón de la casa de forma cómoda y práctica, facilitando el control de nuestro sistema de calefacción.