Suelo Radiante: Ventajas y Consideraciones

El sistema de calefacción es un elemento crucial para garantizar un grado óptimo de confort en el hogar. Sin embargo, es importante considerar qué solución de calefacción queremos instalar y cuál se adapta mejor a nuestras necesidades. Una de estas soluciones la encontramos en el suelo radiante.

¿Qué es el Suelo Radiante?

El suelo radiante es un sistema de calefacción que consiste en una red de tuberías por donde circula agua caliente y que se instalan bajo el piso; estas transfieren su calor al suelo y desde allí es irradiado de manera uniforme al resto de la estancia. Las tuberías van conectadas a un colector que se encarga de la distribución del agua y desde donde se equilibra la instalación.

También podemos encontrar sistemas de suelo radiante eléctrico, pero debido a que suponen un mayor consumo de energía, preferimos centrarnos en explicar las características del suelo radiante por agua y las ventajas que nos puede aportar.

Ventajas

Mayor Confort: En este sistema, el calor irradia desde el suelo, asciende de forma natural y se distribuye de manera uniforme, evitando que se concentre el calor solo en ciertos puntos. Además, no genera corrientes de aire, evitando que se remueva el polvo, por lo que es ideal para personas con alergia.

Bajo Consumo: El suelo radiante necesita temperaturas de impulsión más bajas respecto a un sistema tradicional de calefacción. Mientras que los radiadores de alta temperatura necesitan trabajar a una temperatura de impulsión de entre 60 y 80 grados, el suelo radiante trabaja a una temperatura de impulsión de entre 30 y 45 grados, consiguiendo una reducción de la necesidad energética y, por lo tanto, del consumo.

Energías renovables: La instalación de suelo radiante se puede combinar con fuentes de energía renovable como la aerotermia, la geotermia o la solar térmica para conseguir un mayor ahorro en el consumo y una mayor eficiencia.

Ahorro de espacio: Al instalarse bajo el suelo este sistema permite que nos ahorremos el espacio que ocupan los radiadores y otros difusores en los espacios interiores de la vivienda, permitiéndonos aprovechar mejor el espacio habitable. Solo hemos de tener en cuenta la instalación de un pequeño armario donde irá instalado el colector.

Posibilidad de refrigeración: Existe la posibilidad de que nuestra instalación de suelo radiante también funcione para refrigeración, lo que se conoce como suelo refrescante. La instalación de este tipo de suelo es más recomendable en lugares donde la humedad relativa sea baja y se deben instalar sistemas de ventilación y control de la humedad, además de controlar la temperatura de impulsión, o de lo contrario, podría ocasionar algún problema por la condensación.

Consideraciones e inconvenientes

Aunque ofrece muchas ventajas, debemos valorar qué inconvenientes tiene una instalación de este tipo antes de decantarnos por este sistema.

La elevada inercia térmica del sistema hace que el tiempo que tarda en alcanzar la temperatura de confort sea elevado, además, esta se mantiene mucho tiempo después de haberse apagado. Por ello, es más recomendable para viviendas con una alta ocupación, en lugares donde las temperaturas suelan mantenerse bajas en invierno o se necesite una temperatura mínima constante durante largo tiempo. Podemos encontrar en el mercado otros sistemas de suelo radiante que requieren mucha menos altura de instalación con materiales con baja inercia térmica, aunque su coste es más elevado.

Otro inconveniente es el tiempo de instalación. El proceso de levantar el suelo, instalar, secado del mortero, colocación del solado, etc. puede requerir cierto tiempo y hace que sea mejor hacer este tipo de instalación cuando hagamos reformas, ya que no podremos hacer uso de la vivienda, al menos no en condiciones normales. También se ha de valorar que el coste del suelo radiante es más elevado que la instalación de radiadores.

En resumen, el suelo radiante ofrece una distribución eficiente del calor, un diseño eficiente y una alta sensación de confort con un consumo reducido, pero es importante evaluar si las características de este sistema se adaptan a nuestras necesidades teniendo en cuenta factores como el tipo de edificio, el clima local y el presupuesto antes de decidirnos por instalar este sistema.

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