La revisión de nuestra caldera de gas es un procedimiento esencial que tiene como objetivo garantizar el correcto funcionamiento de nuestra caldera y el sistema de calefacción. Este proceso es de carácter obligatorio y no debe confundirse con la inspección de la instalación de gas, que también es un procedimiento obligatorio. Ambos procedimientos son fundamentales para mantener la instalación en óptimas condiciones, detectar posibles problemas y prevenir fallos.
A continuación, haremos un breve resumen de ambos procedimientos para conocer las principales características y para resolver algunas preguntas frecuentes.
Inspección de la instalación de gas:
La inspección de la instalación de gas debe realizarse cada 4 o 5 años, dependiendo de la comunidad autónoma. Esta periodicidad está establecida en el BOE nº211 de 4 de septiembre de 2006, Real Decreto 919/2006, de 28 de julio, del Ministerio de Industria, Turismo y Comercio. Durante esta inspección, se verifica que todos los componentes de la instalación de gas, como el contador, las llaves, las tuberías, entre otros, estén en buen estado, sean estancos y cumplan con la normativa vigente.
Las compañías de gas son las responsables de llevar a cabo esta inspección, y el coste se carga en la factura de la distribuidora de gas que tengamos contratada.
Revisión de la caldera:
La revisión de la caldera está regulada por el Reglamento de las Instalaciones Térmicas en los Edificios (RITE) que establece que las revisiones periódicas deben realizarse cada 2 años, a menos que el fabricante especifique un periodo más corto, siendo común que se recomiende realizar la revisión anualmente. En el caso de los calentadores, la revisión debe llevarse a cabo cada 5 años.
Durante la revisión de la caldera, se siguen las indicaciones del fabricante para el mantenimiento adecuado y se verifica su funcionamiento correcto. Esto contribuye a prolongar la vida útil de la caldera y a detectar posibles fallos antes de que la caldera deje de funcionar. También se evalúa la eficiencia de la caldera.
La revisión la realizan técnicos homologados para este propósito, ya sean de la distribuidora de gas, de una empresa particular o del servicio técnico de la marca, dependiendo de la empresa con la que tengamos contratado el servicio. Al igual que en la inspección de gas, el coste de la revisión se incluye en la factura correspondiente.
Además de la revisión periódica, se aconseja llevar a cabo un mantenimiento preventivo anual antes de la temporada de invierno. Esto tiene como finalidad prevenir que la acumulación de suciedad, polvo y otros elementos afecte al funcionamiento del sistema y garantizar un óptimo rendimiento durante los meses fríos. Este proceso implica una inspección más detallada, que incluye la verificación del correcto funcionamiento de todos los componentes y la puesta a punto de elementos clave, como los radiadores mediante su purgado.
Si tienes alguna pregunta o estás interesado en el mantenimiento de tu instalación o algún otro de nuestros servicios, no dudes en ponerte en contacto con nosotros para obtener más información.