Puede que hayas escuchado que las calderas de gas y gasóleo van a prohibirse o desaparecer. Pero ¿es esto cierto?
El Pacto Verde Europeo, a través de distintas directivas, busca la descarbonización total de la economía europea para 2050, es decir, cero emisiones netas de gases de efecto invernadero. Dentro de este marco, la Directiva (UE) 2024/1275 sobre eficiencia energética de los edificios marca una hoja de ruta hacia un parque de edificios más sostenible, promoviendo la mejora del aislamiento, la eficiencia energética y la sustitución progresiva de sistemas térmicos basados en combustibles fósiles.
Las calderas de condensación actuales, aunque más eficientes que las tradicionales, funcionan con combustibles fósiles y se verán afectadas por la directiva, pero no de manera inmediata. La fecha límite para la transposición completa de la directiva a la legislación española es 2026, aunque algunas medidas ya están en vigor. Por ejemplo, desde enero de 2025 ya no se conceden ayudas públicas para instalar nuevas calderas de combustibles fósiles, pero esto no impide su venta ni instalación.
El objetivo de la normativa es lograr una sustitución gradual del parque de edificios. En los edificios públicos, se exige cumplir con los estándares de cero emisiones para 2028, mientras que los edificios privados nuevos deben cumplirlos para 2030. La prohibición de usar calderas exclusivamente de combustibles fósiles en edificios existentes no llegará hasta 2035, con posibilidad de prórroga hasta 2040 por motivos de no viabilidad justificada, por ejemplo, económicos. Por tanto, los usuarios que tengan caldera de gas doméstica o quieran reemplazarla no deben alarmarse: podrán usarla o sustituirla sin problemas durante muchos años.
Entre las alternativas que propone la directiva están las bombas de calor, que cumplen con la normativa, aunque su coste inicial es elevado y no todos los edificios permiten su instalación o funcionamiento óptimos. Por ello, muchos fabricantes también han desarrollado calderas “H2 Ready”, híbridas que pueden funcionar con hasta un 20 % de hidrógeno y, al no depender únicamente de combustibles fósiles, cumplen la normativa europea.
Actualmente, se están desarrollando proyectos de inyección progresiva de hidrógeno en la red de gas, aunque no se sabe si se llegará a usar hidrógeno al 100 % como sustituto del gas. Lo que sí es seguro es que, de momento, las calderas seguirán siendo viables durante muchos años.
Si estás pensando en sustituir tu caldera o instalar una bomba de calor, no esperes más: solicita tu presupuesto y encuentra la solución más eficiente y adaptada a tu hogar.
